lunes, 9 de marzo de 2009

FBERERO (Pa los changos)

Gusto a carnaval siento en mi boca.

Calor calcinando realidades cotidianas.
Albahaca invitando al olvido transitorio,
y un vino tempranamente alegre,
anestesiante del dolor.

En el aire, harina revoltosa
juega a toparse con el sol.
Lo invita, lo osa,
lo incita y lo deja.

El tiempo, tan relativo como la verdad absoluta,
se complota con la celebración.
Y se acortan las horas fijas
que dibuja algún reloj.

Y...el vino se aliviana en cada trago,
que algún chango invita sin especulación.

Y la música suena mas fuerte.
y los músicos mas afinados,
incluso el harina se ha anestesiado.

La luna, pronta hace varios tragos,
le quita su reinado al sol.
Y en el tinto somos amigos,
pues lo bebimos desde la germinación.

Poco a poco culminara,
la música ya no se oirá,
las mozas se marcharan.

El harina ya no pululara,
danzante en el aire.

El chorro se cortara,
pero el sabor amargo de ese vino entrador.

El aroma a albahaca que opacó la flor,
perdurara en los meses venideros,
como reservorio para un nuevo febrero.

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